Bahía de Santa María, un desafío para la conservación

En la costa de los municipios de Navolato y Angostura y Guasave, en Sinaloa, se ubica un paraje natural como ningún otro. Hablamos de Bahía de Santa María La Reforma, un espectacular sistema de islas, islotes y dunas costeras con más de 67 mil hectáreas, de las que 53 mil corresponden a humedales. Cuenta también con casi 2,000 hectáreas de manglares y estuarios ricos en pastos marinos y vegetación de poca altura, lo que resulta idóneo para gran cantidad de animales. 

Bahía de Santa María ofrece innumerables servicios ecosistémicos al entorno y a su población. Desde el año 2009 la UNESCO la incluyó en la Lista RAMSAR que presenta los humedales y costas consideradas de alta relevancia ecológica para el planeta. 

Bahía Santa María está definida por los límites municipales de Angostura, así como parcialmente por los límites municipales de Guasave y Navolato; en la parte sur y norte, por el límite de las cuencas hidrológicas del Río Culiacán y Río Mocorito. Cuenta una amplia gama de designaciones nacionales e internacionales de conservación, ya que posee Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC) y se ubica en el Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Islas del Golfo de California. Asimismo, es considerada un humedal prioritario por la CONABIO, un sitio natural del Patrimonio Mundial y Reserva de la Biosfera de la UNESCO y un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICAS).

No obstante, esta riqueza no ha impedido que Bahía de Santa María enfrente situaciones críticas. Además de las amenazas latentes de todo ecosistema costero, como el crecimiento urbano, la explotación de recursos naturales y los estragos del cambio climático, existe una problemática derivada de los permisos de uso de suelo. En años recientes se han decretado cambios en el uso de suelo principalmente para actividades de acuicultura, con un crecimiento de más 26,000 hectáreas, lo que pone en riesgo a este ecosistema y a su vida silvestre.

Otro factor de riesgo es que en Bahía de Santa María se vierten las aguas contaminadas del Dren Cedritos, un cauce de 46 kilómetros que traslada desechos de los sectores industrial, agrícola, habitacional y de plantas de tratamiento de aguas residuales de varias localidades de Sinaloa. A esto se añade un proyecto de instalación de una planta de amoniaco que causaría un potencial daño en el ecosistema de la bahía.

Esta compleja situación nos obliga a emprender las tareas de conservación tomando en cuenta no solo los humedales, la costa y las aguas de la bahía, sino también los afluentes que la alimentan, como el río Culiacán y el río Mocorito.

Otro aspecto que revela el nivel estratégico de Bahía de Santa María para la ecología de la región es que sus humedales forman parte del monitoreo anual de aves migratorias que se lleva a cabo en todo Norteamérica. Esto es un signo claro de que las condiciones en que se encuentra un humedal impactan el tránsito continental y el ciclo reproductivo de millones de aves migratorias.

Entre las especies que habitan este sitio están el cocodrilo de río (Crocodylus acutus) y la iguana verde (Iguana iguana), ambas sujetas a protección especial bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. En cuanto a las aves playeras, podemos mencionar el chorlo de pico grueso (Charadrius wilsonia), el playerito occidental (Calidris mauri) y el icopando canelo (Limosa fedoa).

Se tienen registros de 103 especies de aves terrestres correspondientes a 77 géneros y a 31 familias. Estas representan alrededor del 20% de todas las especies de aves reportadas que ocurren en el estado de Sinaloa, estimadas en 552 especies, así como el 27% de las especies terrestres, que ascienden a 388 (Lepage, 2021). Las familias animales más representativas por su número de especies son los rascadores, zacatoneros, juncos y gorriones (Passerellidae), los chipes, mascaritas, parulas y pavitos (Parulidae), los tiranos y los papamoscas (Tyrannidae).

Un dato importante es que alrededor de la mitad de las especies registradas se consideran migratorias y se observan sólo en ciertas temporadas del año. Del total de especies registradas en Bahía de Santa María, seis se encuentran bajo alguna categoría de riesgo de acuerdo a la norma NOM-059-SEMARNAT-2010.

Únete a nosotros en la fascinante y urgente tarea para la conservación de Bahía de Santa María. 

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