Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, un mosaico de ecosistemas para la conservación

La Reserva de la Biósfera El Vizcaíno en la península de Baja California es una de las Áreas Naturales Protegidas más grandes de nuestro país. Su extensión supera las 2 millones de hectáreas y pertenece al municipio de Mulegé, Baja California Sur. El Vizcaíno se caracteriza por un vasto ecosistema semiárido, que también cuenta con humedales, marismas y manglares. Estos últimos, el mangle rojo (Rizophora mangle) y el mangle blanco (Lagunaria racemosa), revisten especial importancia en Laguna San Ignacio por ser la latitud más al norte en la que puede hallarse manglar en la costa del Pacífico. 

Debido a su extensión, a su gran biodiversidad y a los servicios ecológicos que brinda, El Vizcaíno representa uno de nuestros mayores desafíos de conservación. Entre las actividades de conservación que realizamos en El Vizcaíno está la instalación de torres de vigilancia y señales para facilitar la inspección del área. En 2005, de la mano con las organizaciones como International Community Foundation, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC por sus siglas en inglés) y Costasalvaje conformamos la Alianza para la Conservación de la Laguna San Ignacio, que permitió la protección legal de 35 predios bajo la figura de Servidumbre ecológica, protegiendo así alrededor de 57 000 hectáreas, incluyendo  las tierras consideradas de uso común del ejido Luis Echeverría Álvarez. 

Asimismo, en 2011 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) decretó la creación de la Unidad de Manejo y Aprovechamiento (UMA) en un terreno Nacional adyacente a  Laguna San Ignacio, como herramienta jurídica para proteger 80 550 hectáreas de ecosistema desértico y costero. A partir de entonces, como Pronatura Noroeste tenemos la concesión y responsabilidad de custodiar el buen estado de conservación de ese predio. 

De igual manera, realizamos acciones de formación y educación con la comunidad para fomentar el sentido de pertenencia y el respeto a la biodiversidad, como fue la campaña “Por un mar libre de plásticos” en la que participaron 500 residentes de laguna San Ignacio , y en la que se promovió el uso de bolsas de tela reusables para comprar mandado. Esto facilita que disminuya la la contaminación por bolsas de plástico en el área.

En esta reserva se ubican dos de los tres santuarios a los que cada año acude la ballena gris (Eschrichtius robustus) para tener y criar a sus ballenatos, siendo estos Laguna Ojo de Liebre y Laguna San Ignacio. El tercero es Bahía Magdalena, al sur de El Vizcaíno en el municipio de Comondú. Esto significa que, de alterarse gravemente las condiciones ambientales de El Vizcaíno, tanto la Ballena gris como muchas otras especies sufrirían un deterioro considerable en su población. En algunos casos, perder el hábitat del Vizcaíno podría significar para algunas especies una vía directa a la extinción.

De ahí la alta importancia de nuestro trabajo en esta reserva natural.
Algunas de las especies que se benefician con la protección de El Vizcaíno, además de la ballena gris, son la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga olivácea o golfina (Lepidochelys olivacea). Entre las aves podemos mencionar a rapaces como el águila pescadora (Pandion haliaetus) y el cernícalo americano (Falco sparverius), además de aves migratorias como el pato coacoxtle (Aythya valisineria), el pató chillón, también llamado porrón osculado (Bucephala clangula), y el ganso de collar (Branta bernicla nigricans).

En términos de conservación, el berrendo peninsular (Antilocapra americana peninsularis) tiene especial relevancia en El Vizcaíno. Este antílope endémico de la península de Baja California estuvo al borde de la extinción hace algunas décadas. Su población se ha recuperado parcialmente, pero aún requiere ser protegido y ésta es una de las principales razones por las que se conformó esta ANP. De hecho, el corredor del Berrendo se ubica justo en el núcleo de la zona protegida.

Otros mamíferos que habitan la zona son la zorrita del desierto (Vulpes macrotis) y el tejón (Taxidea taxus). Ambas especies se consideran en riesgo bajo la Norma Mexicana NOM 059.

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