El cetáceo más pequeño del mundo vive en el Alto Golfo de California. La vaquita marina (Phocoena sinus) mide apenas 1.50 metros y pesa unos 50 kilos. Su contraste con el tamaño de otros mamíferos marinos es notable: se necesitarían 500 adultos de vaquita marina para igualar el peso de una sola ballena gris (Eschrichtius robustus).
Por desgracia, este enigmático mamífero marino está en el nivel más alto de amenaza de extinción. En el año 2019 se realizó un conteo en el que se logró identificar a solo 10 ejemplares (incluyendo a tres crías) y la última vez que se les vio fue en noviembre de 2020.
Sin ninguna duda, nuestro país tiene en sus manos una doble prueba de fuego: en primer lugar, frenar el declive fatal de la vaquita marina, y en segundo, lograr su recuperación. Este desafío involucra tanto al gobierno mexicano como al sector pesquero, las organizaciones civiles de México y EE.UU., las instituciones educativas y de investigación y, por supuesto, a toda la población del noroeste de México.
El factor principal que pone en riesgo a la vaquita marina es que es una víctima incidental de la pesquería ilegal de totoaba (Totoaba macdonaldi), un pez protegido por las leyes mexicanas, cuya vejiga natatoria se cotiza a precios exorbitantes en el mercado asiático. El uso de redes de enmalle, letales tanto para la totoaba como para la vaquita marina, ha sido prohibido en el Alto Golfo de California, pero esta práctica persiste en la pesca ilegal.
En Pronatura Noroeste trabajamos con las entidades de gobierno y otros sectores de la región para hacer efectiva la protección de esta especie. Desde el año 2013 colaboramos con pescadores y productores del Alto Golfo para fomentar el uso de artes de pesca que no amenacen la supervivencia de la vaquita. Una de las prácticas que promovemos es el uso de trampas y líneas con anzuelo para la captura de peces de escama, que son técnicas de pesca inofensivas para la marsopa mexicana.
También diseñamos e impulsamos el uso del sello “Vaquita Friendly”, que certifica a las pesquerías que utilizan artes de pesca que no ponen en riesgo a esta especie. Esto incluye la remoción de redes abandonadas en el hábitat de la vaquita marina.
Otra de nuestras labores es la creación de la marca colectiva San Felipe Pescados y Mariscos, para impulsar la comercialización de producción pesquera sostenible, con la certificación Vaquita Friendly en el mercado verde, gourmet o premium. Además de fortalecer las acciones de protección de la vaquita, esto representa un beneficio para los pescadores participantes en la comunidad de San Felipe, Baja California.
La Vaquita marina está en nuestras aguas, y en nuestras manos. Bajo ningún concepto podemos permitir que se extinga ante nuestra pasividad. En Pronatura Noroeste tenemos claro el objetivo: el cetáceo más pequeño del mundo tendrá un futuro si afianzamos en la región una cultura de pesca sostenible y legalidad, apegados al estado de derecho.
Apoya las actividades de protección de la Vaquita marina. Sé parte de esta batalla por la vida y los ecosistemas naturales del noroeste de México.