En las cálidas y nutridas aguas del Alto Golfo de California, la vaquita marina (Phocoena sinus) mantiene su lucha por existir. Se enfrenta a las redes de enmalle utilizadas para la pesca de totoaba (Totoaba macdonaldi), un especie también en peligro de extinción, que cunden su hábitat y ponen en riesgo a la especie y a la biodiversidad que comparte el mismo fatal destino.
Endémica de México, la vaquita marina fue incluida en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) y está legalmente protegida por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. No hay duda sobre las causas que merman su población: las redes agalleras o de enmalle han sido señalados por científicos, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad internacional como principales causantes del dramático descenso en la población de la marsopa mexicana a niveles críticos.
La situación de la especie no es sencilla: el Crucero de Observación Vaquita de 2023 contabilizó de 10 a 13 vaquitas marinas, con una o posiblemente dos crías. Actualmente es el cetáceo en mayor peligro de extinción del mundo.
Todo esfuerzo de conservación hacia la especie está dedicado a garantizar que el área identificada por los científicos como último reducto de su hábitat —conocido como Zona de Tolerancia Cero— esté libre de redes de pesca no autorizadas, lo que garantizará la recuperación de la especie.
Más de 30 años de experiencia en el diseño de estrategias de conservación de especies prioritarias, siempre cercanas y en cooperación con las comunidades, ha facilitado nuestra aproximación a la problemática con directrices de acción que contemplan la participación activa de los pescadores legales de San Felipe, Baja California, y el Golfo de Santa Clara, Sonora. Siendo ambas comunidades fundadas por la pesca y cuya identidad está fuertemente ligada al mar, deben ser incluidas como actores fundamentales del cambio que nos permitirá avanzar hacia una sostenibilidad pesquera que garantice un hábitat seguro para la vaquita marina y otras especies marinas.
Desde 2022 a la fecha, trabajamos intensamente en tres ejes de acción que promueven cambios en el comportamiento de la comunidad, contemplando aspectos técnicos, económicos y sociales dirigidos al objetivo de cero enmallamientos de vaquitas marinas en el Alto Golfo de California.
Con los pescadores locales colaboramos en la elaboración y uso de artes de pesca que sean tanto amigables con la vaquita marina como eficientes con los volúmenes de captura que provean un ingreso digno a los pescadores. Mediante la línea de mano para la captura de curvina plateada, curvina aleta amarilla, chano y sierra, y las cimbras que permiten la captura principalmente de baqueta y cabrilla extranjera, hemos logrado resultados prometedores.
En ocho meses de trabajo con estos métodos de pesca amigables con la vaquita marina, se han registrado 8.2 toneladas de pescado que lograron un precio de venta de 633 mil pesos, alrededor de 363 mil pesos más de lo que se paga en playa. Esto significó un incremento casi tres veces mayor de lo normalmente obtenido en el sitio, lo que ha motivado que más pescadores busquen voluntariamente capacitarse y sumarse al programa de pesca sostenible que impulsamos.
Todo este esfuerzo queda arropado dentro del Proyecto de Mejora Pesquera (FIP, por sus siglas en inglés) dedicado a varias especies de escama del Alto Golfo de California, como la curvina plateada (Cynoscion nothus), la curvina amarilla (Cynoscion xanthulus) y el chano (Micropogonias ectenes), con un enfoque pleno hacia la sostenibilidad de la pesquería. Para ello, hemos sumado un programa de trazabilidad que promete inyectar certidumbre al comprador mediante tecnología blockchain que permite transparentar cada eslabón del proceso, mostrando claramente el cumplimiento de las obligaciones integradas dentro de la estrategia de sostenibilidad.
Nada de esto sería posible sin el trabajo coordinado con nuestros aliados de Pesca ABC, Ocean Conservancy, Cetáceos Acción y Conservación, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, a través de la Reserva de la Biósfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, y Global Ghost Gear Initiative.
Existe una manera en que las comunidades pesqueras y las especies de fauna marina pueden coexistir en el Alto Golfo de California: hacia ese escenario trabajamos a diario.