La Laguna Babícora cubre más de 26 000 hectáreas en la Sierra Madre Occidental, al noroeste del estado de Chihuahua. La integra una serie de lagunetas que se unen conforme se recarga el vaso de su cuenca. La vegetación principal consta de pastizal, matorral de coníferas y bosque de pino y encino.
Esta laguna chihuahuense es parte de un ecosistema asociado a una cuenca endorreica. Lo que significa que Laguna Babícora es una cuenca cerrada donde se acumula el agua, es decir, no fluye hacia el mar u otros cuerpos de agua. Este humedal estacional sirve de hábitat a 122 especies de aves migratorias, lo que la convierte en uno de los sitios más importantes para la migración de aves de Norteamérica al formar parte de la Ruta Migratoria Central.
Laguna Babícora es conocida como “la tierra de las grullas y gansos”. Para algunas especies se trata de un sitio esencial, pues allí concentran más del 60% de sus poblaciones. Ejemplo de ello son el ganso blanco (Chen caerulescens), el ganso de Ross (Chen rossii) y la grulla gris (Grus canadiensis), ésta última sujeta a protección especial bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-059. Asimismo, Laguna Babícora es sitio de anidación del azor común (Accipiter gentilis) y de reproducción del pato mexicano (Anas diazi).
Entre las especies podemos destacar al ganso frente blanca (Anser albifrons), que presenta una subpoblación única en Laguna Babícora. También al pelícano blanco americano (Pelecanus erythrorhynchos) y al zarapito trinador (Numenius phaeopus), además de 15 especies de aves rapaces.
Este complejo lagunar tiene como factores amenazantes el cambio de uso de suelo, los efectos del sobrepastoreo y el azolvamiento de canales de escurrimiento de la cuenca. Esto implica una atención indispensable para que el humedal mantenga sus condiciones óptimas. Desde 2008 figura en la lista de Sitios Ramsar, que cataloga las costas y humedales de importancia estratégica para nuestro planeta.
En 2018 firmamos con el ejido Gómez Farías un contrato para la conservación de 900 hectáreas en la Laguna Babícora, donde se acordó el desazolve de 3 kilómetros de canales que drenan el humedal. El convenio tiene una vigencia de 20 años, lo que nos permite planear a mediano plazo el manejo del sitio, en coordinación con la comunidad comprometida por el entorno natural.
Las dimensiones y la biodiversidad de la Laguna Babícora hacen de su conservación un desafío. Acompáñanos en esta noble labor, hagamos juntos la diferencia.