Entre marzo y abril de cada año, las playas del Golfo de Santa Clara, en Sonora, se convierten en un escenario crucial para la supervivencia de dos especies en peligro de extinción: el Pejerrey (Leuresthes sardina) y el Playero rojizo (Calidris canutus roselaari).
El primero se trata de un pez endémico, cuya reproducción depende de estas costas al norte del Golfo de California, y la segunda es el ave migratoria que encuentra aquí su alimento y descanso antes de continuar su travesía hacia el norte del continente.
Con base en las investigaciones realizadas desde 2010 por Pronatura Noroeste y el Laboratorio de Aves la Universidad Autónoma de Baja California Sur, a partir de la primavera de 2022, con la colaboración de un grupo de mujeres promotoras ambientales de la comunidad, quienes son conocidas como “Cuidando al Playero Rojizo y al Pejerrey”, hemos trabajado en la conservación de ambas especies.
La labor más importante es la delimitación de zonas de incubación para el Pejerrey, pues el pez necesita hasta 10 días para su desarrollo y se requiere de cuidados especiales y la intervención humana para que logre su ciclo de vida. De no hacer la delimitación de zonas de incubación, el tránsito vehicular puede dañar las zonas de reproducción al aplastar los huevecillos o al removerlos hacia la superficie; en cualquiera de las dos situaciones los huevecillos detienen su desarrollo de tal forma que se imposibilita que miles de nuevos peces se incorporen a la población actual.
El papel del Pejerrey en la cadena trófica es importante, debido a que forma parte de la alimentación de otras especies, como la totoaba, que también se encuentra en peligro de extinción, de acuerdo con datos del gobierno mexicano.Por otro lado, el Playero rojizo del Pacífico, junto con otras especies de aves playeras como el Playero occidental y el Playero blanco, depende de estos pequeños huevos de Pejerrey para reponer energía en su largo viaje migratorio.
Este fenómeno, que ha ocurrido por siglos, es un claro ejemplo de cómo la naturaleza ha desarrollado un balance ecológico.
El cuidar las zonas de desove hace que estas aves puedan tener suficiente alimento sin dañar las poblaciones, pues al mismo tiempo se considera un ave que regula y da equilibrio natural.
La ayuda es clave y puedes participar
Este próximo domingo 16 de marzo de 2025 a partir de las 8:00 horas, se llevará a cabo la instalación del cerco temporal que protegerá las zonas de incubación del Pejerrey.
Las personas que se encuentren cercanas al Golfo de Santa Clara podrán unirse a esta acción de conservación y ser parte del cambio.
Es importante saber que no se necesita experiencia previa, solo el deseo de contribuir al cuidado del ecosistema costero.
Además, se podrá conocer más sobre esta iniciativa y la importancia de estas especies en el Módulo de Conocimiento, que estará disponible en la zona de ramadas de la playa principal todos los fines de semana hasta el 11 de mayo.
Para las personas que deseen inscribirse en el voluntariado, se podrán comunicar al número 653 104 7161 o acudir directamente al Módulo de Conocimiento.