Las aves peligran por la degradación y contaminación de sus hábitats, el cambio de suelo y la perturbación humana. Si las aves, especialmente las migratorias, no cuentan con sitios convenientes para su alimentación, descanso y reproducción, es altamente probable que a mediano o largo plazo, su población disminuya. Con el objetivo de aminorar las amenazas que enfrentan las aves migratorias, especialmente las que afectan a las aves playeras que pasan una parte del ciclo anual en la costa del Pacífico en México, desde hace 27 años Pronatura Noroeste realiza diagnósticos e implementa proyectos de conservación en sitios prioritarios.
La ruta migratoria del Pacífico cruza el noroeste del país, en consecuencia, la asociación promueve estrategias de participación local, regional y multinacional, que involucran la colaboración en exploraciones y estudios para proteger, manejar y conservar los hábitats de las aves; sumando la creación de planes de acción, de materiales educativos y la creación de promotores ambientales para compartir la importancia de mantener estos sitios y la conexión entre la biodiversidad, con el propósito de reducir la perturbación humana.
Una subespecie de gran importancia que Pronatura Noroeste conserva debido a que se encuentra en peligro de extinción es el playero rojizo del Pacífico (Calidris canutus roselaari), que en su trayecto por el corredor migratorio del Pacífico se detiene a invernar en Guerrero Negro, Baja California Sur; en Marismas Nacionales, entre Sinaloa y Nayarit; en el sur de Sonora; Alto Golfo de California; y durante la migración de primavera en el Golfo de Santa Clara, Sonora.
El primer sitio donde el equipo de Conservación de Aves de la asociación comenzó a estudiar al playero rojizo del Pacífico fue Guerrero Negro, incluyendo la zona de Exportadora de Sal S. A. de C. V., que además de ser la salina más grande del mundo y contar con cerca de 33 000 hectáreas de humedales artificiales que sirven de parada para las aves migratorias, es un aliado importante que se preocupa por la conservación de estas aves y posibilita la realización de los proyectos en su área.
Desde hace 15 años se realizan exploraciones, marcajes y monitoreos de aves en estos humedales artificiales, en colaboración con el equipo técnico del Laboratorio de Aves de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, coordinado por el Dr. Roberto Carmona. Este equipo técnico, en 2008 etiquetó en la salina a varios individuos, entre ellos a un playero rojizo del Pacífico al cual le colocaron una bandera de plástico con el número 455, que ha permitido identificarla en otros sitios, por medio de reobservaciones.
Asimismo, partir de 2010 se comenzó a trabajar con la subespecie en el Golfo de Santa Clara en Sonora, donde se detienen durante la primavera para descansar y alimentarse de huevecillos de Pejerrey, un pez endémico. Este lugar y este fenómeno en la cadena trófica del ave es imprescindible para que logre completar su viaje hacia sus zonas de reproducción en Alaska y Rusia. Sin embargo, una gran amenaza que afronta en esta costa es la perturbación humana, ya que su parada coincide con la celebración de la Semana Santa y el sitio recibe mayor afluencia de personas, que además de ocupar su espacio en la playa se acercan a las aves para molestarlas, recogen gran cantidad pejerreyes para su consumo pero gran parte termina siendo desechada, además, pasean con cuatrimotos por la costa y perturban a las aves mientras se alimentan.
En este sitio prioritario, Pronatura Noroeste monitorea a las aves playeras, a los Pejerreyes y conserva el hábitat; y desde hace una década cada primavera se observa al ave 455 marcada en Guerrero Negro, lo que denota la fidelidad de esta subespecie al Golfo de Santa Clara. En los últimos cuatro años un grupo de mujeres de la comunidad, llamado “pejerreinas” se ha involucrado en la observación de aves y desde entonces colaboran cada temporada para proteger la zona de alimentación del playero rojizo del Pacífico. En 2019, su compromiso con la conservación de esta y otras especies aumentó, y el equipo de Conservación de Aves capacitó a las Pejerreinas para que impartieran pláticas a los visitantes en un módulo informativo sobre la importancia del lugar y las acciones que pueden realizar en respeto a la estancia de las aves.
Para estas mujeres, es importante proteger las zonas de alimentación e informar acerca de las problemáticas ambientales de su playa donde las aves también viven, y esperan que en un futuro cercano los visitantes sean más conscientes, que sus comportamientos sean armoniosos con la naturaleza, que disfruten observar esta interacción única entre el playero rojizo del Pacífico y el pejerrey, y que las condiciones para las aves sean favorables.
En cuanto a las características que señalan a las aves migratorias como especímenes extraordinarios, se observan las grandes distancias que vuelan entre continentes o al atravesar países; considerando su tamaño, el esfuerzo que realizan y los desafíos que enfrentan por las amenazas. Para realizar un seguimiento de sus movimientos por las rutas migratorias, identificar los sitios por donde vuelan, el tiempo que pasan en cada lugar y monitorear los años que han sobrevivido se emplean tecnologías como banderas de plástico especializadas, telemetría, radiotransmisores y marcas satelitales.
Para realizar proyectos de investigación, Pronatura Noroeste utiliza banderas de plástico especializado de color amarillo, y gracias a ellas se obtiene información valiosa que indica el éxito de las estrategias de conservación al observar cada año las aves marcadas con ellas en los sitios de trabajo. Sin embargo, utilizar marcas satelitales aportaría una mejora en estas estrategias, especialmente en la del playero rojizo del Pacífico. Se estima que su población total es de 21 700 individuos, 10 000 de ellos invernan en Guerrero Negro, cerca de otros 5 000 en conjunto entre Marismas Nacionales, sur de Sonora y Alto Golfo de California, por lo que se desconoce dónde se encuentra el otro poco más del 20% de la población durante el mismo periodo.
Al implementar estas marcas, obtener los resultados e identificar otros sitios prioritarios de invernación en el noroeste de México, la asociación sería capaz de atender las necesidades de conservación para la subespecie y sus hábitats. Para lograrlo, es importante la colaboración con aliados en tecnología y conservación, que como Pronatura Noroeste, desean evitar la disminución de la población de playeros rojizos del Pacífico y que los humedales de la región sean ideales para que permitan el ciclo de la naturaleza. Cada estrategia que la asociación realiza en sus proyectos con la subespecie, es con el propósito de prevenir una catástrofe como la ocurrida en la Bahía de Delaware, donde la población disminuyó seriamente por la falta de huevecillos de Cangrejos cacerola.
Es indudable que los proyectos de conservación de aves playeras migratorias que realiza Pronatura Noroeste han sido posibles gracias a los aportantes, institutos de investigación, organizaciones, fundaciones y personas que han contribuido a la mejora de sus hábitats. Al mismo tiempo, se reconoce el valor del equipo técnico que trabaja en campo para conectar con las aves, implementar las acciones y compartir con otros la importancia de conservar la riqueza natural.
Si desea apoyar para que los proyectos de conservación de aves de Pronatura Noroeste continúen, contribuye aquí.