Ballena gris en Laguna San Ignacio

Unos 700 kilómetros al sur de la frontera México-EE. UU., en la costa Pacífico de Baja California Sur, se localiza la hermosa Laguna San Ignacio. Este cuerpo de agua de 175 km² se ubica en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, considerada de alta relevancia ecológica para el planeta por albergar la reproducción de ballenas y otros mamíferos marinos. 

La Laguna San Ignacio es mundialmente conocida como uno de los tres santuarios que reciben la migración anual de la ballena gris (Eschrichtius robustus). Alrededor de 20 000 ejemplares de ballena gris arriban a Baja California Sur en el mes de noviembre, ocupando este santuario natural, al igual que la Laguna Ojo de Liebre también en la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, en el municipio de Mulegé, y Bahía Magdalena, en el municipio de Comondú. 

Además de la Ballena gris, otros animales presentes en Laguna San Ignacio son el león marino californiano (Zalophus californianus), la zorrita del desierto (Vulpes macrotis) y el t(Taxidea taxus berlandieri) También podemos mencionar a la branta de collar (Branta bernicla nigricans), el berrendo peninsular (Antilocapra americana peninsularis) y cuatro especies de tortugas marinas en peligro de extinción. 

La historia de la protección de este asombroso sitio natural comienza a mitad del siglo XX, con la adhesión de México a la Comisión Internacional Ballenera en 1949, para promover el uso racional de los recursos balleneros. Esta decisión fue esencial, ya que la Ballena gris y otros cetáceos se encontraban al borde de la extinción debido a la caza industrial. En 1972 las lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre recibieron la categoría de “Zona de reserva y refugio de aves migratorias y fauna silvestre”. Un paso más aconteció en 1988, cuando las leyes mexicanas crearon la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno. Posteriormente, en 1993 se logró un avance decisivo cuando la reserva fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. A partir de 2004 la reserva fue incluida por la UNESCO en la Lista Ramsar que incluye humedales y ecosistemas costeros de importancia estratégica en todo el mundo. 

En Pronatura Noroeste trabajamos de forma sistemática en la conservación de la Laguna San Ignacio y de toda la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno. Hemos instalado torres de vigilancia, señalización y un esquema de inspección rutinaria para asegurar la protección de la fauna silvestre y de su hábitat. 

En 2005 integramos una alianza con el Ejido Luis Echeverría Alvarez para el cuidado ambiental de 35 servidumbres ecológicas, lo que permite la protección a perpetuidad de 57,000 hectáreas de tierra. En esta alianza también participaron las organizaciones Costa Salvaje y el Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC por sus siglas en inglés). De igual manera, en 2012 gestionamos la creación de la Unidad de Manejo y Aprovechamiento (UMA) Laguna San Ignacio con una extensión de 80,000 hectáreas, una herramienta jurídica que fortaleció la protección de estos sitios naturales. 

También llevamos a cabo actividades de formación y educación ambiental con la población local, los pescadores y empresas que se dedican a la explotación de recursos marinos en la Laguna San Ignacio. Además de intensas jornadas de limpieza y el impulso de hábitos de vida sostenible en la comunidad. 

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